martes, 31 de mayo de 2011

Día Mundial sin tabaco
Ya que en el día de hoy se conmemora este día tan particular, me pareció apropiada una nota sobre el tabaco.

La planta del tabaco
El tabaco es el nombre común con el que se conoce a la planta Nicotiana tabacum, una de las cuarenta especies del género Nicotiana, a su vez de la familia de las solanáceas, originaria de América, y a la cual pertenecen también patatas, pimientos, berenjenas y tomates, que, sin embargo, no contienen un elemento distintivo de las plantas del género del tabaco: la nicotina. De hojas grandes (el agua forma el 80% y la materia seca el resto), crece en climas húmedos y con temperaturas que oscilan entre los 18 y los 22 ° C.
De sus cuatro variedades distintas (brasiliensis, bavaniensis, virginia y purpurea), del modo de cultivo, forma de cuidado y fermentación, y del proceso de fabricación, surgen los diferentes tipos y marcas de tabaco que se comercializan en el mercado.

Tratamiento industrial
Se espera a que la planta florezca para que sus hojas crezcan al máximo, y luego se recoge y se cura deshidratándola al aire libre o en una atmósfera controlada artificialmente, lo que reduce el porcentaje de agua de la planta del 80 al 18%.
El proceso de curado o deshidratación hace variar el aroma y sabor final de las hojas: las del tabaco curado en atmósfera artificial (el 35% del comercial) son de color amarillo claro y con altas tasas de nicotina y alquitranes; el curado al aire es también de color claro y se emplea como relleno y soporte de aromatizantes. El que se cura al aire y al sol se utiliza en la mezcla del cigarrillo americano y para el interior de los puros. Y el curado al fuego, para el rapé, la pipa y el tabaco de mascar.
El tipo de curado de la hoja del tabaco determinará su aroma y sabor final, y, por tanto, las múltiples variedades que se ofrecen en el mercado.
Las hojas secas se apilan en paquetes, que se someten a la acción de bacterias, hongos y levaduras que provocan complejas reacciones químicas que las hacen fumables. Luego, se someten a un gran número de manipulaciones (la mayoría secretas) que le dan al tabaco el típico sabor de marca mediante procesos como la humidificación o desecación, el torrefactado y la adición de saborizantes y aromatizantes.
Los saborizantes y aromatizantes potencian en muchos casos la fuerza adictiva y el mayor consumo del tabaco.

Factores de toxicidad
· La forma de cultivo, el momento de cosecha, el tipo de curado y fermentación y la clase de aditivos hacen variar la cantidad de nicotina y sustancias tóxicas.
·   Una vez quemado, el tabaco rubio contiene una concentración de alquitranes muy superior a la del tabaco negro, que, sin embargo, casi siempre suele contener cantidades más altas de nicotina.
· La cantidad de sustancias tóxicas que se inhalan aumenta si el ambiente está muy contaminado de humo de tabaco.
· El filtro reduce el número de partículas del humo que pasan al cuerpo durante la calada, y, por tanto, la toxicidad de lo que se inhala. El mismo efecto, pero muy aumentado, consiguen las boquillas especiales, que añaden un filtrado adicional de sustancias tóxicas.
·  El tabaco de pipa y el del puro son menos adictivos que los cigarrillos, ya que la nicotina se absorbe más por la boca, sin necesidad de que el humo sea tragado. Aunque la cantidad de nicotina absorbida sea similar, en puros y pipas dicha absorción se produce de forma mucho más lenta, lo que reduce sus posibilidades de producir adicción respecto a la que presenta la rápida absorción de la nicotina con los cigarrillos, que llega al cerebro en sólo 7 segundos.
Si fumamos, podríamos buscar "soluciones" para reducir la toxicidad y el riesgo de adicción que presenta el consumo de tabaco mediante boquillas especiales o tipos de tabaco menos tóxicos. Los filtros y las boquillas especiales sólo reducen la cantidad de nicotina y alquitrán inhalados, pero no la cantidad de monóxido de carbono, que es un gas del humo del tabaco responsable de un gran número de enfermedades cardiocirculatorias en el fumador.

Las zonas más peligrosas
La composición del humo de la calada depende del tipo de tabaco y de múltiples factores como la profundidad de la inhalación, la temperatura de combustión, la longitud del cigarrillo, la porosidad del papel y la presencia de aditivos y filtros. Por ello, además de escoger aquellos tipos de tabaco menos tóxicos, también se deberá tener en cuenta que la concentración de sustancias tóxicas es mayor a medida que se dan caladas al cigarrillo, hasta alcanzar en la última calada una toxicidad doble que en la primera.

Ranking de toxicidad de distintos tipos de tabaco
1.            Cigarrillo rubio sin filtro
2.           Cigarrillo negro sin filtro
3.           Cigarrillo rubio con filtro
4.           Cigarrillo negro con filtro
5.           Cigarro puro
6.           Cigarrillo rubio con boquilla
7.           Cigarrillo negro con boquilla
8.           Pipa recta
9.           Pipa curva
10.         Cigarro puro con boquilla

Composición de los cigarrillos
Debido a la escasa regulación, o nula en algunos países, sobre el tabaco, las compañías tabaqueras no facilitan la información sobre la composición de los cigarrillos de sus marcas, ni de los aditivos que contienen, tales como el amoniaco, el cual eleva los niveles de pH en el humo del cigarrillo, generando altos niveles de “nicotina libre” la cual puede absorberse más rápidamente en el organismo que la “nicotina confinada”, irrita la nariz y la garganta, está presente en mayor cantidad en los cigarrillos “light”.
En las cajas no figura ninguna información sobre la composición de los cigarrillos, como es obligatorio en otros productos. Así mismo tampoco se tiene en cuenta la forma en que las personas fuman o que existen agujeros de ventilación en las boquillas que no deben ser tapados, para que el nivel de nicotina y alquitrán (sustancia cancerígena, que por su gran adherencia recubre las paredes de los pulmones, y que junto a la nicotina impiden la función del filtro) que se ingiera sea el indicado en la caja y no mayor
Se estima que en los cigarrillos hay más de 5000 sustancias químicas, de las que no se tiene mucha información del efecto sobre los humanos. Están reconocidas unas 50 como cancerígenas.
 

Componentes del humo del tabaco

El conocimiento de la composición exacta del humo del tabaco continúa siendo un enigma para los investigadores. Se cree que existen cerca de 4.000 sustancias, en el momento actual no ha podido ser elaborada la relación completa de componentes originarios en la planta y los que se forman y transforman en el proceso de la combustión durante el acto de fumar.
Si exceptuamos el uso en forma de rapé (tabaco en polvo esnifado) o por masticación (tabaco de mascar), el tabaco suele consumirse mediante la combustión en forma de cigarro puro, pipa, o lo que es más frecuente en la actualidad: el cigarrillo.
La combustión del cigarrillo durante el acto de fumar va aumentando progresivamente su nivel de toxicidad. El primer tercio del cigarrillo es la parte menos dañina, el segundo tercio posee una nocividad intermedia y el último tercio es la parte, sin duda, más tóxica, porque la propia dirección de la columna de humo arrastra y deposita en la parte anterior del filtro, una gran parte de los productos ya volatilizados y transformados en el momento de la combustión, condensándolos y almacenándolos, de manera que la parte del cigarrillo mas cercana al fumador (último tercio) es la mas dañina, sobre todo en el contenido de alquitrán.
Las diferentes longitudes de la colilla determinan que la penetración de las sustancias perjudiciales dentro del pulmón del fumador varíe de forma importante, no hay que olvidar que en la zona más próxima al filtro es donde se condensa y almacena mayor proporción de alquitranes y nicotina. Además la duración de las chupadas y su intensidad o profundidad en la inhalación del humo también influye. Aquellos fumadores que apuran más el cigarrillo y absorben el humo más intensamente manteniendo el humo más tiempo en el pulmón, son los que sin duda padecerán más enfermedades derivadas del consumo del tabaco.
Del proceso de combustión del cigarrillo, se origina el humo del tabaco, ya sea por aspiración directa del fumador (corriente principal) ó por combustión espontánea (corriente lateral o secundaria). El humo es el que, por un lado, origina las sensaciones del gusto (sabor) y aroma (olfato) y por otro, es el responsable de los efectos sobre los distintos aparatos y sistemas orgánicos del fumador activo o pasivo.
El humo es un aerosol constituido por una fase gaseosa en la que se hallan suspendidas más de 3.000 millones de partículas cuyo diámetro oscila entre 0,1-1 micras. De entre cerca de los 4.000 componentes del humo aislados hasta ahora, unos 400-500 se hallan en la fase gaseosa y el resto en la fase de partículas. Los elementos más importantes en la primera son el monóxido de carbono (CO), el anhídrido carbónico, el óxido de nitrógeno, el amoníaco, diversas nitrosaminas volátiles, aldehídos y cetonas. Los constituyentes más relevantes de la fase de partículas son la nicotina, el agua y el alquitrán, el cual no es otra cosa que el residuo que queda tras la extracción del agua y la nicotina de dicha fase particulada. Los alquitranes contienen un gran número de compuestos entre los que destacan los hidrocarburos aromáticos policíclicos, diversos metales, elementos radioactivos, fenoles y nitrosaminas volátiles.
Desde el punto de vista sanitario, los componentes tóxicos del humo del tabaco pueden agruparse en:
  • Ÿ Nicotina
  • Ÿ Monóxido de carbono
  • Ÿ Alquitrán
  • Ÿ Oxidantes e irritantes

La nicotina
El contenido de nicotina es quizás la mayor preocupación del fabricante dentro de la compleja elaboración del tabaco como planta fumable, porque saben, por un lado, que esta sustancia es la creadora de la dependencia en el individuo fumador. La nicotina es un alcaloide básico en la constitución del tabaco, y es quién determina fundamentalmente la calidad de una especie cultivada.
La nicotina es el principal alcaloide del humo y el determinante de la dependencia farmacológica, es uno de los pocos alcaloides no oxigenados, y es incolora, oleaginosa, volátil e intensamente alcalina, se cree que es la sustancia responsable del sabor característico del tabaco. Durante la combustión del cigarrillo, la nicotina se destruye en un 35%, otro 35% va a parar al humo ambiental, el 22% se inhala a través de la corriente principal y el restante 8% se retiene en la porción no consumida del cigarrillo.
En su forma ionizada, la que predomina a pH ácido, la nicotina atraviesa con dificultad las barreras celulares, mientras que en estado de base libre, cuando el pH es alcalino, lo hace con extrema facilidad. Este es el motivo por el cuál, la nicotina del humo del puro o de la pipa que tiene un pH de aproximadamente 8,6 (alcalino), se absorbe con rapidez a través de la mucosa oral, mientras que el humo del cigarrillo, que tiene un pH alrededor de 5,5 (ácido), se absorbe en un 90% a través de los pulmones. Esto explicaría por qué los fumadores de puro y pipa no suelen tragarse el humo, al contrario que los de cigarrillos que si precisan inhalar el humo para alcanzar sus efectos.
Cuando la nicotina se absorbe a través del pulmón, llega en primer lugar al cerebro, en unos 8 segundos. No existe ninguna otra droga, ni aún administrada por vía intravenosa que desencadene sus efectos a nivel del sistema nervioso central con tanta rápidez como lo hace la nicotina a través del humo del cigarrillo, de ahí que los investigadores coincidan en afirmar que en esta propiedad radique en gran parte su capacidad de generar adicción: efecto máximo en el menor tiempo posible.
El mecanismo de acción de la nicotina es muy complejo, habiendo sido objeto de numerosísimos trabajos farmacológicos, por su similitud estructural con la Acetil-colina, actúa sobre los mismos receptores originando una estimulación ganglionar y una desensibilización posterior. La acción de la nicotina sobre el sistema nervioso esta estrechamente relacionada con los procesos de refuerzo, es decir, los que se denominan "circuitos de recompensa" que influyen en los estados de animo y en las sensaciones placenteras, ligados al abuso de otras sustancias (heroína, cocaína), incluida la adicción a la nicotina.
Cuando una persona consume una sustancia que estimula este sistema, tendrá un aumento de su sensación de placer, lo que desencadenará que el individuo tenga deseo por la readministración de dicha sustancia, este es el mecanismo fisiológico para la aparición de la dependencia. Debido a esto, cuando un fumador deja de fumar, sufrirá el síndrome de abstinencia a la nicotina, de ahí que esta sustancia esté considerada como la causante de la dependencia y como uno de los factores más importantes de la adicción y del mantenimiento del consumo de tabaco entre los fumadores que quieren abandonar el tabaco.
En resumen, los efectos de la nicotina sobre el organismo se pueden esquematizar en:


  • Placer, la nicotina puede producir un estado subjetivo de euforia parecido al de las drogas de adicción clásicas (heroína y cocaina), excitación, alivio de la ansiedad.
  • La nicotina puede mejorar las funciones fisiológicas, por ejemplo intensificar la actitud de vigilancia y mejora en el rendimiento intelectual.
  • Reducir el consumo de ciertos alimentos (dulces, de elevado contenido calórico) disminuyendo el apetito.
  • Aumento de hormonas adrenocorticotropas (ACTH), cortisol, lo que puede influir en la capacidad de "manejar el estrés".
  • Aumento de la presión arterial y vasoconstricción cutánea y coronaria
  • Aumento del metabolismo de los hidratos de carbono, lipolisis.
  • Relajación del músculo esquelético

Fuente:  http://dejar-de-fumar.org.es/tipos-tabaco.html
            http://www.guiadejardefumar.com/2011/01/composicion-del-cigarro.html
            http://www.youtube.com/watch?v=VwAeV_VNdOc


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